Hogar Universal
Antes de escribir
esto, mientras la idea nadaba por los océanos de mente, me pregunté si esta
reflexión solo les llegaría a los ciudadanos de mi nación o podría ser un
mensaje universal. ¿Cómo enfocar el post? ¿Una idea general o algo más
personal? Ahora, con mi trasero incómodamente postrado sobre una silla de
madera, prefiero simplemente hacerlo como lo que soy: Un chico venezolano con
ideas en la cabeza.
Para nadie es un
secreto la situación de Venezuela. Así como tampoco lo es que en los sueños de
muchos se muestra la quimera de volar muy lejos de este lugar, hallando cobijo
en tierras donde las metas son más que simples fantasías; y no todas las
noticias del noticiero son un dolor de cabeza.
Hace dos años, mi
novia (ahora ex, por obvias razones) se fue del país junto con su familia en
busca de un mejor futuro. Dejando de lado el dolor amoroso que me dejó (tema
para otro día), he mantenido contacto con ella, escuchando en silencio cuando
me relata cómo es su nueva casa, las oportunidades que tiene, los sueños que se
cumplen. He visto con orgullo como poco a poco va avanzando y la tierra se
rinde a sus pies. Teniendo esto en la cabeza, me hace preguntarte quién tendría
el descaro de criticarle el haberse ido del país usando el argumento de:
“Debemos quedarnos y luchar por nuestra nación”.
Porque es de eso
de lo que quiero hablar. Esa crítica, ese pensamiento retrogrado que tienen
algunos donde prevalece la idea, convertida en obligación, de que sean cuales
sean las circunstancias, nuestro deber es quedarnos y luchar.
¿Luchar contra
qué? Contra los problemas, supongo que responderán. Cuando el problema es el
país en general, la guerra sería contra él. ¿Y por qué luchar por un país que
no lucha por ti?
Se mantiene lA doctrina de que nuestro lugar es en la tierra que nos vio nacer. Sus playas son
nuestras playas, sus montañas son nuestras montañas. El patriotismo se instaura
y la bandera, junto con el escudo nacional, se muestra como los símbolos
máximos de nuestra existencia; con aún
más importancia que nuestros padres. Porque si naciste en un sitio, de
ahí eres y punto. Quédate ahí. Mejóralo. Lucha por él. Es tu hogar.
¡Protesto!
Mi hogar es el
mundo.
Yo no nací en un
país, nací en un planeta. Que otros lo hayan dividido con fronteras, le hayan
puesto nombre a las tierras y le hayan creado reglas, no es algo que me
compete. No son mis fronteras, no son mis reglas. En el sitio que vivo, hay más
playas que las que están bajo la misma bandera: Tiene ríos, montañas, volcanes,
islas y glaciares. No existe el primer o el segundo mundo. Existe sólo uno y yo
vivo en él. Es mi hogar.
No puedo tolerar
los funestos ejemplares que, con discursos sentimentales, tratan de inducirnos
en las masas una reflexión inadecuada. Esos mismos que te dicen que debes
pernotar bajo un solo himno. Se supone que somos seres libres por naturaleza.
La libertad no la da el hombre, sino la vida misma. Si tienes dos pies para
caminar, lo único que debes hacer es decidir hacia dónde dirigirlos sin
permitir que otro te trace una línea en círculos y te obligue a seguirla.
Porque después de todo ‒y lo
que viene al caso‒, somos seres que buscamos el bienestar propio. Y sí, es
verdad, no hay porque negarlo. Eso no nos hace egoístas, nos hace humanos.
Estamos hechos para buscar siempre la felicidad, para correr detrás de un vivir
mejor. Tenemos sueños, metas, fantasías que esperamos cumplir algún día aunque
nadie nos garantice una fecha exacta. No llegan solas, por supuesto; se debe
trabajar, ser consecuente, hacer sacrificios; pero todo esto se
convierte en una odisea, como construir un castillo interminable, cuando la
adversidad le hace el amor a la opresión de una nación. Cuando te dicen que
debes enfrentarte a las limitaciones que tu país ofrece. Si tú quieres ser
astronauta y tu país no tiene centro espacial, ya puedes ir pensando en otra
vocación. Lo siento, chico, te jodiste.
Me niego a pensar
eso.
Desde los
primeros hombres que habitaron este mundo, el objetivo fue siempre vivir en un
lugar mejor. Si los hombres de antaño se hubiesen conformado con lo que tenía
en áfrica, hoy tendríamos una tierra desconocida y deshabitada. Pero desde
tiempos inmemoriales hemos sido nómadas y siempre lo seremos, recorriendo
cientos de paisajes, hasta llegar al que se adapte a nuestras necesidades.
Si tienes la
oportunidad de viajar y establecerte en otro continente donde sí hay una
estación espacial donde podrías conseguir el fruto de tu esfuerzo, ¿por qué
debes verte atrapado en el sitio que estás cuando sabes que reprime tus
anhelos?
Un país no debe
ser una prisión.
Todos compartimos
un mismo mundo, y nuestro derecho, casi nuestro deber, es ser felices buscando
hacer lo que nuestro corazón grita. No hay hombre más desdichado que aquel que
desprecia su pasión. Y no hay mayor injusticia que despreciar tu pasión por no
tener la oportunidad de cumplirla.
Busca esa
oportunidad. Búscala, esté donde esté. Al menos ese es el consejo que te puedo
dar.
El patriotismo es
una idea atávica. Fue creada para obligar a los hombres a cometer actos de
intereses ajenos guiados por un sentimentalismo barato. Pero en esta vida no
todo pueden ser emociones falsas creadas por un discurso político. Se debe ser
pragmático en ocasiones. Hay que ser críticos y objetivos. Entender de una vez
por todas que una bandera no te representa; te representas tú mismo y lo que
hagas con tu vida. Cuando se habla de
esos grandes hombres que hoy son leyendas, en especial los artistas, no se les
recuerda por su nacionalidad, sino por la grandeza que encontraron en sus
acciones.
Yo entiendo la
emoción cuando tu selección de Futbol gana un partido. El orgullo de saber
cuándo alguien que recorrió las mismas calles que tú se ganó una medalla de oro
en las olimpiadas. Yo lo entiendo. Pero sepan recordar que esas personas
lograron dichas hazañas porque se esforzaron, porque lucharon, no porque
portaran un emblema de su país en el pecho.
Imaginen que en
una guerra todos los soldados se olvidaran del patriotismo. Imaginen que todos
los soldados de ambos bandos deciden arrojar sus armas al suelo y rebelarse
contra sus líderes. Deciden no luchar entre ellos porque esto nos les trae
ningún beneficio personal. Se niegan a seguir los deseos de un mandatario y,
fácil y sencillo, regresan a sus casas a vivir sus vidas.
Esos soldados
habrán sido pragmáticos y apátridas, pero también habrán hecho el bien.
Ese es solo un
ejemplo. Tal vez no el mejor, pero creo que explica bastante bien mi punto y lo
mucho que podemos conseguir si todos alzamos la cabeza para recodar algo esencial:
Somos libres.
El mundo nos
pertenece.
Tiene sus reglas,
sí. Muchas hay que seguirlas para poder avanzar. Debemos acotarlas, no hay de
otra. Qué carajos, no todo puede ser perfecto. Pero más allá de eso, somos
libres. Lo somos desde que nacemos hasta que morimos.
Recuerden como es
ser un adolescente frustrado por tener que seguir los mandamientos de sus
padres, y como anhela ese joven tener su propia casa y construir su propio
camino. No seamos adolescentes eternamente bajo uno padres ficticios que se
sientan a discutir entre ellos cual es nuestro mejor futuro sin pedirnos
nuestra opinión
Ve a donde tengas
que ir, para conseguir lo que quieras conseguir.
Eso es todo lo
que tengo que decir.
Buenas noches.
Ojalá todos vivieramos bajo una misma bandera. |
Simplemente increíble John. Hay mucha razón en tus palabras, no deberíamos darnos por vencidos y creer que todo está perdido por no querer abandonar algo que nos imponen como patriotismo. Pero al mismo tiempo soy de las personas que aún cree en luchar por su país, de hecho en Argentina en este momento me mantengo firme ante un nuevo gobierno que se olvida de su sociedad.
ResponderBorrarEspero no haberte aburrido jaja me encantó tu reflexión pero como verás tengo ideas encontradas.
Fue un completo honor leer esto, saludos!!
Wow, no esperaba un comentario tan pronto (bueno, nunca espero comentarios xD), y el tuyo me ha dejado una gran sonrisa. Entiendo tu punto de vist, luchar por tu país está bien, es, de hecho, admirable; siempre y cuando no coloques sus prioridades por encima de las tuyas. Primero estpas tú, luego la bandera.
BorrarMuchas gracias por leer y comentar; me alegra muchisimo que te haya gustado.
El honor es todo mio *--*
Spam:
BorrarWow, no esperaba un comentario tan pronto (bueno, nunca espero comentarios xD) <- Recuerda que ahora estas en "Lectores Vs Escritores" y estos son los beneficios ¬¬
*Puede borrar si lo desea*
Tus palabras han tocado las fibras sensibles de mi forma de ser impulsiva y energica, con ganas de huir hacia mis sueños! :D jaja
ResponderBorrarMe ha encantado tu reflexion, y realmente comparto mucho tu punto de vista, lo habia pensado hace tiempo, y siempre que lo pienso una impotencia se apodera de mi, porque me hace querer acabar con las fronteras y con los limites en este mundo, porque en realidad .. como tu dices.. Somos uno solo. Y los limites y demas es unicamente para controlar a la poblacion, que me pregunto yo, que sentiriamos si vivieramos en un planeta unico, sin limites, donde quisiera vivir la gente..(?) Es un escrito que me deja pensando y realmente me hace tener incognitas, y mi ser curioso realmente tiene incognitas que piensa y aunque responda aun vuelve a tener nuevas dudas..
Gracias por la reflexion, y por dejarme pensando..
abrazo infinito para voz! :D
Sí, comparto esa fantasía tuya. Imaginar un mundo donde todos vivamos en una misma tierra, hablasemos un mismo idioma, una sola bandera...
BorrarQue bueno que te gustara y te llegara la reflexión :3 gracias a ti por leer y comentar.
Un abrazo! :3
Te seré honesta:
ResponderBorrarEn parte soy de esas personas a las que el ego les puede mas, y el cariño por su tierra le hace ser mejor persona para transmitir eso que a mi país le hace falta para progresar, en parte soy de esas personas a las que en tu reflexión no van. En parte!
Porque por otro lado, yo misma me he visto en la necesidad de cambiar de recidencia de un lugar a otro, por motivos de mejora en mi vida, en varios aspectos, con esto me contradigo en mi primer párrafo, por ello estoy contigo en el pensar: "Ve a donde tengas que ir, para conseguir lo que quieras conseguir."
En lo personal, sé que lo mejor seria migrar, cuando mis esfuerzos no hagan cambio alguno en el lugar donde resido. comparto tu pensar, pero primero me gusta intentar, si no se da, siempre trato e tener la mente abierta para expandir horizontes.
Claro, como le dije a Micaela, luchar está bien siempre que no pongas las necesidades de tu tierra por encima de las tuyas. Una vez, en un debate sobre el tema, dije: "Yo amo a mi país, pero no sé si él me ama mí". Creo que eso explica bien mi punto.
ResponderBorrarHas dado en el clavo: "Yo amo a mi país, pero no sé si él me ama mí"
ResponderBorrarCuando la situación de un país va mal, uno siempre intenta mejorarla, pero llega un punto donde parece que no vale la pena el esfuerzo.
De Venezuela conozco solo lo que las noticias ponen, ignoro la situación real, con lo que sé, veo un país con muchas trabas para el progreso de su gente. Parece una vida difícil. Desde México os deseo lo mejor a vos y a los tuyos, muy buena vibra y si algún día decides migrar, espero nos estés contando esas experiencias ;D